Sunday 15 August 2010

La voz en segundo plano

Desprende entusiasmo y optimismo. Durante más de una
década, el público le oía hablar a ella y veía a Javier Solana.
Así rememora Cristina Gallach su trabajo como portavoz
del entonces jefe de la diplomacia europea y cómo este
tándem logró una buena visibilidad para divulgar la UE.
Hoy en día, la voz de la Presidencia española de turno en
Bruselas continúa siendo solicitada por colegas, diplomáticos
y periodistas que desean entender mejor el día a día de la
compleja política exterior europea.

En su despacho de la sede del Consejo destaca un mapamundi
editado en la antigua URSS, recuerdo de su estancia como
corresponsal de EFE en Moscú. Gallach dirige la mirada en
varias ocasiones a las fronteras de este atlas mientras habla de
cómo el factor estabilizador de la UE ha contribuido a la paz
y al acercamiento entre distintos pueblos.

Lo expresivo de sus manos y el entusiasmo de su conversación
me descubren a una divulgadora nata, a una periodista entregada,
locuaz y apasionada. «Su fascinación por entender lo que pasa
en el mundo y por interactuar con la gente hacen que adore su
trabajo», me comenta el ex corresponsal de AP Paul Ames.

Su convicción en la tarea de comunicar algunas de las crisis
que la UE ha gestionado le llevan a relatarme con emoción
viajes y experiencias vividas. Especial recuerdo guarda de
un comunicado de prensa que escribió mientras era portavoz
de Solana y que fue leído públicamente entre los aplausos
de una multitud congregada en una plaza del Este de
Europa. Todo ello fue el resultado de «la fuerza del trabajo
colectivo de la UE», apunta.

Una continua curiosidad y el deseo de contribuir a cambiar
las cosas son los principios que la han conducido desde
que comenzara a escribir en el periódico regional El 9 Nou
hasta su actual trabajo desde el despacho de Justus Lipsius.
Una carrera periodística de la que la Asociación de
Periodistas Europeos de Cataluña, con su vocación
formativa, también se siente partícipe.

Dos décadas tras su llegada a Bruselas se acuerda con
emoción del ambiente periodístico y de «generosidad
competitiva» que había entre los colegas y que aún hoy
percibe. Favorece el relato de estas vivencias la presencia
de su colega Maria Laura Franciosi, corresponsal de ANSA
en aquel entonces, con la que tiene una gran complicidad.

No sabe con certeza lo que hará cuando finalicen estos
seis meses. Desea, sin embargo, una transición serena y
pausada que le permita pasar más tiempo con sus dos hijos,
quienes cuando suena el móvil de trabajo de su madre una
tarde de domingo suelen preguntarle «¿Otra vez, mamá?».

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